Editorial

Algunas peleas son para la tribuna. El PJ y La Libertad Avanza se pusieron de acuerdo en silencio y coronaron a Mario Abraham como presidente del Concejo. El combo incluyó cargos, contratos y un guiño para la pyme familiar de Walter Cardozo, que quedó como vice.

Cardozo arrastra un historial que en cualquier otro lugar lo dejaría afuera: el terreno de Bomberos Voluntarios, los 80 millones desaparecidos y las irregularidades en Finca El Pongo. Pero el pacto fue claro: mientras LLA mande, no habrá pedidos de destitución.

Abraham tampoco llega limpio. Su nombre aparece en actuaciones federales junto a Atauche, en causas por droga y amenazas. Y ahí también se acordó lo mismo: nadie toca su expediente.

Así se selló un acuerdo que deja al Concejo en manos de los dos ediles con más problemas judiciales. No es nuevo: Monterrico fue el ensayo del mismo sistema, pactos afuera del recinto y cargos como moneda de silencio.

Detrás operaron sectores del PJ, del Frente de Todos y gente cercana a LLA, todos buscando una mayoría tranquila para 2025 y que nada se descontrole.

El resultado fue simple: Abraham presidente gracias a los votos de Cardozo, Juárez y Sánchez. Perico queda otra vez en manos de un pacto donde manda lo de siempre: conveniencia, cargos y silencio.