En un acto que reunió a instituciones, emprendedores y representantes locales, el secretario de Economía Popular de la Provincia, Ing. Rubén Daza, destacó el avance de un modelo de apoyo productivo basado en la capacitación, el crédito solidario y la organización comunitaria. Con el acompañamiento del concejal CPN Cristian Valdiviezo, se entregaron mesas de acero inoxidable a emprendedores periqueños, producidas íntegramente por talleres locales mediante un sistema de compras comunitarias y redes de confianza.

“Trabajamos con instituciones como la Fundación Proyectando Sueños, que es nuestro banquito de microcréditos desde hace cuatro años”, explicó Daza. El proceso incluye formación obligatoria en seis módulos de emprendedurismo, elaboración de un plan de negocios y acceso a financiamiento que luego se reinvierte en la misma red. “La fundación convoca, nosotros ponemos facilitadores, se da el plan de negocio y el crédito se devuelve al banquito, que vuelve a prestar”, remarcó.

Producción local y ahorro real para los emprendedores

En esta instancia, la demanda central fue la adquisición de mesas de acero inoxidable. “Las medidas que entregamos salen 120 mil pesos al emprendedor, cuando en Mercado Libre valen 300 mil y en el centro de Jujuy 550 mil”, detalló el funcionario. El ahorro se logra gracias a la coordinación entre instituciones y talleres de la región. “La red de confianza permite que las cosas salgan más baratas: se compra el hierro, se lleva al taller, nosotros aportamos los insumos, el artesano cobra su mano de obra… y todos ganan”, señaló.

Los trabajos se realizaron en talleres de Perico, Palpalá y San Salvador, fortaleciendo la producción local. Daza subrayó que el enfoque no es asistencialista: “No es un reparto. Queremos que quede capacidad instalada y que mejore la organización de la sociedad”.

Formación, becas y nuevas propuestas

Durante la jornada también se presentó la oferta de formación continua, con apoyo directo del Estado. “Becamos el 50% del curso de calzado del INTI, que vale 80 mil pesos”, ejemplificó. Además, se impulsan capacitaciones en manipulación de alimentos, compras comunitarias, carpintería organizada, asociativismo y pequeños procesos industriales que aumentan la competitividad de los productores locales.

Daza destacó que el modelo se basa en crear oportunidades reales: “Primero la gente va con desconfianza, pero cuando ve que no hay nada extraño, que es red de confianza, se anima”.

Más de 700 nuevos emprendedores por año

El secretario anticipó que la demanda crece y que se proyecta incrementar los montos de los créditos de confianza. “Este año financiamos 700 emprendedores con créditos de 200 mil pesos; el año que viene serán de 300 mil”, afirmó. La devolución es total: “Por suerte, el 100% devuelve”.

Explicó además que el auge del autoempleo responde a una transformación profunda del mercado laboral: “Por primera vez en la Argentina hay más trabajadores independientes (12.400.000) que en relación de dependencia (12.100.000)”, citó. Para Daza, la economía popular ocupa un espacio clave entre las grandes empresas y los mercados de cercanía.

Créditos para equipamiento y pequeñas industrias

El programa facilita la compra de herramientas y maquinaria que permiten mejorar la producción y reducir el esfuerzo físico. “Si alguien necesita un horno convector de un millón de pesos, damos el crédito; lo mismo un torno, una sobadora, o una incubadora para producir huevos en los pueblos”, describió. Estas inversiones buscan construir cadenas solidarias y productos con identidad local.

“Ahí el chino no me gana”, dijo en referencia a la competencia internacional. “Si hago una cartera con cuero de llama bien curtido, o productos con quinoa o tejidos locales, tengo una ventaja que no se puede copiar”.

Trabajo en red y apoyo institucional

Daza resaltó el rol del concejal Cristian Valdiviezo y de las organizaciones participantes. “El concejal apoya el trabajo de la fundación; la Casa de Pálpala compra insumos, contrata talleres, retira y entrega; y la Carmo Lamas aporta el espacio”, explicó. También se lanzó un curso de asociativismo con un especialista internacional y se anunció un acuerdo para certificación en manipulación de alimentos.

Mirada a futuro

El proceso formativo cerrará por las fiestas y se retomará inmediatamente después del carnaval. Daza valoró la articulación lograda: “Siempre buscamos redes. En la medida que más se animan, hacemos cosas juntos”.

Antes de despedirse, dejó un mensaje clave: “Hay un mundo nuevo. Todos dependemos de todos. Este trabajo de hormiga construye otra sociedad”.