Gilda, vecina de Ledesma, impulsa rifa solidaria para costear un estudio neurológico de su hija de 12 años. “Solo pido que nos escuchen y que no nos cierren las puertas”, pidió conmovida.

En Ledesma, una madre decidió rifar su moto —su único medio de transporte— para reunir fondos que permitan realizar un estudio médico vital para su hija de 12 años. “Es mi medio para llevar a los chicos a la escuela y para ir al trabajo, pero tuve que tomar esta decisión porque mi hija necesita el estudio y no llego. No me quedó otra alternativa”, contó Gilda en diálogo con Sky FM 106.1.

Su hija, Agustina, padece mucopolisacaridosis, una enfermedad poco frecuente que afecta progresivamente el sistema cognitivo y conectivo. A ello se suma obesidad mórbida, epilepsia y convulsiones asintomáticas. “Durante casi once años, mi nena jamás tuvo un diagnóstico concreto. En Buenos Aires, en el Hospital Italiano, nos dijeron por fin qué tenía. Fue el único lugar donde recibí respuestas”, relató.

El estudio que necesita Agustina —un videoelectroencefalograma de 72 horas— tiene un costo de más de 8 millones de pesos, monto que la familia no puede afrontar. “La obra social me rechazó la práctica dos veces, pese a que mi hija tiene certificado de discapacidad. Me contestaron que la práctica estaba excluida de cobertura”, denunció Gilda.

Ante la falta de respuestas, la familia organiza bingos, rifas solidarias y un sorteo de su motocicleta. Cada número cuesta 5.000 pesos, y el sorteo se realizará por una radio de Ledesma una vez vendidos todos los bonos. “Quien quiera colaborar puede escribirme al 388-310-07712 o transferir al alias gilda.martin25”, informó.

La madre asegura que, pese a la indiferencia de las instituciones, recibió apoyo del pueblo jujeño: “La ayuda viene de la gente, del vecino común. Del Estado, nada. Solo me llamó el secretario de Salud, David Arias, pero hasta ahora no hay respuestas concretas”.

Conmovida, pidió que su hija pueda ser derivada al Hospital Garrahan para continuar el tratamiento: “Mi hija necesita atención de por vida. Si la hubiesen diagnosticado a tiempo, hoy su vida sería totalmente diferente”.

En un mensaje final dirigido a las autoridades, Gilda expresó con fuerza:

“Que nos escuchen. Hay muchos chicos como mi hija. Nuestros hijos con discapacidad son invisibles ante la sociedad. Ellos merecen el mismo cuidado y la misma salud que cualquier otro niño”.

La historia de Gilda refleja el amor y la resiliencia de una madre que no se rinde ante la burocracia ni las dificultades. Su lucha por la salud de Agustina ya moviliza la solidaridad de toda la provincia.