En Perico, la inseguridad no da tregua, pero parece que el área de Monitoreo municipal, a cargo de Gastón Ortega, tiene otras prioridades. Las cámaras instaladas, que deberían ayudar a prevenir y esclarecer delitos, cuando se las necesita, “no funcionan”, “no graban” o el acceso a las imágenes es imposible.
Lo más grave, sin embargo, no es la falta de resultados, sino el uso que se le da al sistema. Son varios los que afirman que Ortega habría filtrado imágenes de vigilancia a portales digitales vinculados a su círculo familiar, especialmente al medio “Qué Pasa Perico”, no para esclarecer delitos sino para “golpear” a quienes tiene como adversarios en su radar. Todo esto, desde luego, sin orden judicial ni justificación oficial.
De ser cierto, las cámaras —que deberían ser herramientas de vigilancias— se usan con otros fines: como instrumentos para espiar a “enemigos”. Un uso inadmisible.
La peligrosa jugada de Gastón Ortega no colaboraría del todo con el intendente, generando una situación que, lejos dar soluciones, parece sumar más sombras a una gestión que ya transita un momento complicado. Mientras tanto, el secretario de Gobierno, César “Chiqui” Rodríguez, se limitó a reconocer un solo caso aislado donde el sistema habría funcionado tardíamente.
De las ultimas 30 detenciones registradas el fin de semana, decenas de accidentes automovilísticos, desapariciones, creciente robos de motos que el propio jefe de la Regional 6 admitió, ¿Que aportaron las cámaras de Monitoreo que depende de Ortega?
Las dudas sobre qué imágenes se registran y con qué objetivos generan más preguntas que respuestas, dejando entrever que, en este juego, la seguridad podría estar en segundo plano.
