A una dias de las elecciones legislativas en Perico, el panorama político se encuentra marcado por la expectativa sobre cómo se definirá un nuevo equilibrio de fuerzas en el Concejo Deliberante. En juego están cuatro bancas que podrían fortalecer o frenar el rumbo de la gestión municipal encabezada por Rolando Ficoseco.
El oficialismo llega a esta instancia buscando consolidarse y en busca del fortalecimiento institucional. Con un armado que logró captar el interés de sectores jóvenes y referentes barriales, la Lista 502 que tiene como principal figura a Pascualito Fiscoseco se posicionó con buenos niveles de intención de voto, según los sondeos. Alcanzar la mayoría en el Concejo implicaría no solo una validación política, sino también un paso en profundizar su agenda de gobierno local.
Del otro lado, la oposición enfrenta desafíos enormes. Sectores que alguna vez compitieron juntos hoy se presentan fragmentados, con propuestas que aún no logran captar con claridad la atención del electorado. El espacio libertario, representado por Mónica Alaniz, optó por una narrativa de cambio, aunque hasta ahora su campaña no ha logrado movilizar el respaldo militante ni generar actos de convocantes. A nivel provincial, el armado de La Libertad Avanza también atraviesa un proceso de reorganización lleno de tensiones.
En tanto, el ¿ex VIA? «Capila» Aparicio, actualmente funcionario municipal, reaparece como candidato bajo el sello del GEN. Su campaña se enfoca en recuperar la confianza ciudadana, aunque sectores críticos recuerdan su pertenencia a gestiones anteriores y apriete a comerciantes, lo que podría jugar en contra puesto que impugna su slogan de renovación.
Walter Cardozo, por su parte, enfrenta uno de los escenarios más difíciles de su trayectoria. Con antiguos aliados que decidieron tomar otros caminos electorales y un electorado que necesita una renovación y pide a gritos ponerle fin a su pyme personal, la tiene difícil: es visto como lo peor de la vieja política.
Más allá de los nombres, el contexto general está atravesado por un clima de apatía y escaso entusiasmo, algo que preocupa a todas las fuerzas políticas. La convocatoria a las urnas del próximo 11 de mayo será una prueba no solo para las estructuras partidarias, sino también para la vitalidad de la democracia periqueña
La elección no es una más: ya sea para consolidar el proyecto de gobierno actual o para abrir paso a nuevas representaciones, lo cierto es que en la semana se definirá cómo se empieza a pensar el nuevo Perico.
