Walter Cardozo quiere seguir atornillado. Como hace más de 20 años. Quiere continuar viviendo del Estado, seguir cobrando millones sin mover un dedo por los periqueños. No le interesa gobernar ni representar: le interesa cobrar.
Camuflado bajo el eslogan gastado de “la única oposición”, intenta seguir operando su PyME política personal, financiada con plata de todos. Sueldos, contratos truchos, trolls, patoteros y comunicadores fantasmas. Una estructura armada exclusivamente para sostenerlo a él, mientras por Perico no se le conoce un aporte concreto.
¿Qué hizo en todos estos años? Nada. Absolutamente nada. Su gestión en el Concejo fue un decorado: pura radio, puro relato y cero acción. Cuando fue intendente interino, aumentó los impuestos, vendió patrimonio público y endeudó al municipio, generando el rechazo de cientos de feriantes que aún le exigen respuestas. ¿Y ahora quiere seguir?
Cardozo representa la política más rancia, el aparato más podrido. Nunca trabajó fuera del Estado, jamás donó su sueldo, y cada aumento que denuncia, lo cobra calladito. No rinde cuentas. No da la cara. Maneja la información pública como si fuera de su propiedad, desde la radio familiar FM Horizonte, silenciando voces, suspendiendo concejales, censurando al juez de paz. Sin límites. Sin vergüenza.
¿Y el peronismo? Lo destruyó. Junto a Rivarola se encargó de vaciarlo, expulsar toda renovación y convertirlo en un feudo. Hoy, no queda nada: solo su ambición de poder y su red clientelar.
Cardozo no quiere seguir para ayudar, quiere seguir para seguir cobrando. Es un experto en vivir del Estado sin dar nada a cambio. Un parásito político con Hilux nueva y cero laburo real. Si Perico le renueva la banca, será solo para seguir financiando su PyME personal con la plata de todos.
Ya tuvo su oportunidad. No hizo nada. Ahora quiere más. No lo merece. No lo necesita el pueblo. Se necesita un corte de raíz.
