La interna en La Libertad Avanza está al rojo vivo. En un acto caliente, un candidato a concejal por el Frente Unir Liberal en Perico denunció públicamente a referentes locales de La Libertad Avanza, calificándolos como “la nueva casta” infiltrada en el partido.
Desde ese espacio, el simpatizante de Milei apuntó directamente contra Mónica Alaniz, actual candidata a concejal por LLA y exfuncionaria del intendente Luciano Demarco, así como contra Kevin Ballesty, aspirante a Diputado Provincial. “Alaniz y Ballesty representan lo que Milei juró combatir. Usurparon el partido para colarse en las listas, pero no representan ni por asomo las ideas de la libertad. El núcleo duro de Milei fuimos y seguimos siendo los jóvenes. No nos vendemos ni nos acomodamos”, disparó luego de salir de la sede ubicada en el centro de Perico.
Pero la denuncia no terminó ahí. Desde el nuevo frente libertario acusaron con nombre y apellido a dirigentes nacionales: el senador Ezequiel Atauche y el diputado Manuel Quintar. “Pasaron del kirchnerismo al mileísmo sin ningún tipo de pudor. Hoy se autoproclaman libertarios cuando fueron cómplices del sistema que Milei criticó desde el minuto uno. Son oportunistas, no militantes de las ideas”, denunciaron.
La ruptura es total. Lo que parecía un frente sólido se resquebraja cada vez más. Las renuncias y fugas comenzaron incluso antes del arranque oficial de campaña. Hoy, los acuerdos precarios se hicieron trizas. La ausencia total de señales desde la Casa Rosada agudiza el conflicto: Milei nunca pisó Jujuy como presidente, y en dos años no avanzó una sola causa contra el exgobernador Gerardo Morales, a quien había denunciado mediáticamente antes de llegar al poder.
“Algunos diputados radicales votan leyes del gobierno nacional como si nada. ¿Dónde quedó la coherencia?”, se preguntan desde las bases libertarias, que sienten traición e indiferencia desde arriba. La senadora nacional Vilma Bedia, electa hace dos años, tampoco escapó a las críticas: “No presentó ni un solo proyecto y cobra casi 10 millones de pesos al mes. La casta no sólo sigue viva: se disfrazó de libertaria”.
La crisis de LLA en Jujuy no es un episodio aislado, sino una muestra brutal del vacío ideológico que carcome al espacio. Con Milei en la cima, los viejos zorros de la política olieron sangre y se camuflaron de leones. Pero los jóvenes –los que bancaron desde el principio– no están dispuestos a callar.
