A más de un año de asumir como gobernador, Carlos Sadir aún no ha logrado consolidar un poder propio en Jujuy.
Aunque ocupa el cargo más alto en la provincia, su gestión sigue siendo condicionada por la fuerte presencia del exgobernador Gerardo Morales. Una buena parte de los ministros y funcionarios de su gabinete provienen del círculo del ex mandatario. Un ejemplo claro de esta continuidad es el nombramiento de Héctor Freddy Morales, hermano de Gerardo, como jefe de gabinete.
Esta falta de autonomía política se refleja todos los días, pero queda en evidencia en la incapacidad de la actual gestión para abordar problemas de fondo que afectan a los jujeños. Uno de los temas más críticos es la creciente inseguridad que aqueja tanto al interior de la provincia como a la capital.
La situación ha llegado a un punto en el que la población ha tenido que organizarse a través de grupos de WhatsApp y métodos propios de defensa ante la inacción de las autoridades. Este colapso en la seguridad es, sin duda, uno de los mayores desafíos que el gobierno de Sadir y que se ha ido desbordando fuera de control.
A nivel legislativo, el oficialismo ha sido un obstáculo para mejorar las condiciones de vida de la mayoría de los jujeños. En lugar de priorizar políticas reales que atiendan las necesidades reales de la población, la Legislatura se ha enfocado en proyectos que pueden calificarse de excluyentes y discriminatorios.
La aprobación de medidas como la cobranza de salud pública a extranjeros y la implementación de un «seguro» para acceder a la atención médica son ejemplos claros de una agenda que no solo no tomas los problemas sino que patea la pelota lejos, muy lejos.
En este contexto, el llamado a adelantar las elecciones para el 11 de mayo parece más una maniobra política para desvincular a Jujuy del proceso electoral nacional. Ningún jujeño piensa en elecciones, excepto los que están interesados en mantener cargos.
No solo eso, el seguidismo a las políticas del gobierno nacional de La Libertad Avanza no ha servido para generar beneficios tangibles para la población jujeña. De hecho, la falta de resultados en las políticas implementadas por Morales y Sadir solo ha generado frustración en los ciudadanos, quienes ven cómo sus necesidades siguen sin ser atendidas adecuadamente.
Es momento de que los jujeños sean representados como corresponde a nivel nacional.
