Perico es tierra de milagros: un intendente que se choreó una plaza, una gestión que dejó la ciudad prendida fuego… y exfuncionarios que ahora vuelven a pedirte el voto como si nada hubiera pasado.
Después de que Luciano Demarco fuera echado a patadas por hacer lo que quiso con bienes públicos, uno pensaría que su tropa se escondería por vergüenza. Pero no. Estos tipos no solo no se fueron, están en listas, sonrientes, frescos como lechuga y con más hambre que nunca.
Mientras vos laburás todos los días para llegar a fin de mes, ellos están armando campaña como si hubieran hecho una gestión brillante. Spoiler: fue un desastre histórico. No hubo rendiciones, sobran denuncias, y encima la Municipalidad enfrenta juicios millonarios que vamos a pagar todos nosotros.
Y ahora, los mismos de siempre aparecen con cara de “yo no fui”. Ahí lo tenés a Gabriel “Capila” Aparicio, exfuncionario de VIA, que ahora se mete con el GEN como si cambiando el sello se lavara las manos. Su cargo lo usó para perseguir a los que no pensaban como él, acomodar amigos y apretar a comerciantes en nombre de que la “orden viene de arriba”. ¿Y ahora viene a darnos clases de democracia? Dale.
Y si pensás que no podía ser peor, aparece Mónica Alaniz, que se vende de “libertaria” pero lo único que liberó fue la paciencia de los vecinos. Los dejó tirados en los barrios cuando pedían que intercediera con la gestión y pidieron su renuncia como Dir. de Instituciones intermedias. Peor aún: hay denuncias por abandonar a la gente y hasta de condicionar movilizaciones a cambio de mover proyectos. O sea, chatanje político con moño. ¿Y ahora quiere entrar al Concejo Deliberante otra vez? ¡Ya estuvo en la gestión y fue un desastre!
