“Hoy todo esto está para lo mejor. El objetivo era ser competitivo desde la primera fecha. Ya abrimos la primera llave, que es tener un primer puesto en el podio”, decía Lucas Subirats, campeón periqueño de motociclismo, en una de sus últimas entrevistas en SKY FM 106.1 MHZ.
Con apenas 26 años, Subirats se convirtió en referente del Speedway jujeño, pero sobre todo en un ejemplo de pasión, esfuerzo y amor por su ciudad. Su testimonio refleja no solo la búsqueda de títulos, sino también el compromiso de impulsar un deporte que atrae a jóvenes y familias enteras.
“Vos para ser campeón de la categoría tenés que tener una carrera ganada. No alcanza con sumar puntos. Tenés que subir al podio como primero”, explicaba, con la convicción del que conoce el sacrificio detrás de cada victoria.
El piloto resaltaba que el motociclismo es más que competencia: es espectáculo, adrenalina y encuentro. “Esto es otra adrenalina a comparación del auto, me decían mis amigos. Imaginate que vas a fondo en la moto, tenés que doblar con el otro al costado, a veces de a tres, de a dos, porque todos quieren estar adelante”.
Subirats también hacía un fuerte llamado al acompañamiento institucional y social: “Llamamos a todos los comerciantes, a los concejales, al intendente, a que apoyen este tipo de competencias deportivas que involucran a muchas juventudes. No solo es para el que compite, también para los espectadores. Son competencias sanas que atraen familias”.
Para él, contar con un circuito en Perico podía abrir un camino para decenas de chicos: “Yo te aseguro que si los políticos dicen ‘vamos a hacer un predio para esto’, se podría correr en moto, en bici, hacer de todo. Sería una escuela para los pibes que hoy no tienen apoyo para saltar a un óvalo”.
El joven corredor nunca olvidaba a quienes lo acompañaban: “Tengo el apoyo de varios sponsors que nos vienen dando una mano hace 4 o 5 años. Ellos entienden el sacrificio, el gasto que tiene este deporte. Esos son amigos que no te olvidás más”, decía emocionado al recordar a comerciantes, preparadores y familiares que lo respaldaron desde el inicio.
Para Subirats, la clave siempre fue el trabajo en equipo: “Corre uno solo, pero atrás de ese triunfo hay un grupo entero. Uno se encarga de la comida, otro de la bebida, otro de las herramientas. Hay un equipo incondicional que te apoya psicológica, física y materialmente”.
Finalmente, dejaba un mensaje de gratitud y humildad: “Me hicieron volver a encontrarme conmigo mismo, porque entro al circuito y me olvido de todo. Para mí la gané yo, pero la ganaron todos ustedes. Así que, de corazón, les agradezco”.
La voz de Lucas Subirats resuena hoy como un legado: un joven que soñaba con ver crecer el motociclismo en Perico y que, con esfuerzo y pasión, ya había dejado su huella en la historia deportiva jujeña.
